En Anasac asumimos con seriedad nuestra responsabilidad frente al cambio climático. Sabemos que nuestras operaciones tienen un impacto, y por eso estamos decididos a transformar nuestra gestión ambiental en todos los niveles: desde nuestras instalaciones productivas hasta el portafolio de productos que ofrecemos al agro. Nuestro objetivo es reducir nuestra huella ecológica, adaptarnos al nuevo contexto climático y generar impactos positivos en los ecosistemas donde operamos.
Hemos desarrollado un Programa de Gestión Ambiental específico para cada una de nuestras instalaciones, adaptado a sus características operativas y territoriales. Este programa establece metas claras en:
Reducción del consumo de energía no renovable.
Disminución de la huella hídrica y uso eficiente del agua.
Gestión de residuos sólidos y reciclaje.
Control y mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El plan piloto comenzó en la planta productiva de Lampa, y se está ampliando a nuestra planta en Lautaro, al centro de distribución de Requínoa y a las oficinas corporativas de ANASAC.
Un equipo multidisciplinario, conformado por representantes de Operaciones, Prevención de Riesgos, Recursos Humanos y Sostenibilidad, lidera este proceso, con reuniones trimestrales para monitorear los avances y tomar decisiones de mejora continua.
